Pregunto, pero nadie responde.

Siempre he querido a alguien como tú, alguien que se preocupe por mi si llevamos dos horas sin hablar, alguien que se pase el día pensando en un nosotros, alguien que me acompañe a casa a las tantas de la madrugada y que no se vaya hasta que no haya entrado por la puerta, alguien que lo primero que haga al levantarse sea llamarme para ver que he soñado, y lo último que haga antes de irse a dormir sea enviarme un mensaje deseándome buenas noches, alguien que me mire y que me sonría, alguien que me haga llorar de la risa y me haga reír cuando quiero llorar, alguien como tú. Y ahora, no quiero que te vayas.